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  • Foto del escritorSara Jáñez

“La depresión posparto sigue siendo tabú, incluso hoy en día”

Actualizado: 5 ene 2019

Tras el parto, las mujeres padecen cambios fisiológicos y hormonales que, junto a otros factores, afectan a su forma de afrontar la maternidad. Se estima que entre un 10% y un 20% de las madres sufren depresión posparto, sin embargo, muy pocos hablan de esta realidad

La depresión posparto es un trastorno del estado de ánimo que, según la OMS, afecta a 1 de cada 6 mujeres que dan a luz. Sus primeros meses de maternidad se alejan del estereotipo de lo que debería ser una madre perfecta -esa supermujer en forma, con un trabajo y un bebé de anuncio- porque están inmersas en un bucle de pensamientos negativos, ansiedad, alteraciones del sueño o irritabilidad.


Estos síntomas pueden presentarse desde el embarazo y suelen permanecer hasta un año después del parto. Quienes lo sufren dudan constantemente de su habilidad para cuidar al nuevo miembro de la familia y pueden ver alterada su capacidad para desarrollar vínculos emocionales con él. Pero ¿por qué estas madres están sumergidas en tal tristeza?, ¿acaso no deberían estar por las nubes?


Fuente: Anna Parini

La causa exacta de la depresión posparto se desconoce, aunque se apunta a una combinación de factores biológicos, como la predisposición genética o los cambios hormonales, y factores socioculturales, entre los que destacan la inestabilidad laboral, las bajas maternales cortas, las dificultades para dar el pecho o los partos con violencia obstétrica que, según la OMS, tienen un fuerte impacto en la salud física y mental de las mujeres.


Muchas de las que viven su maternidad con estas dificultades se avergüenzan de ello, porque, aunque se considera normal que tras dar a luz se experimenten cambios psicológicos y la depresión posparto es el problema de salud mental materno más frecuente, la narrativa social dice lo contrario. Por ello, aún existe un porcentaje incierto de madres que no solicitan ningún tipo de atención médica.


Este no fue el caso de Eva (nombre ficticio), una mujer que sufrió depresión posparto hace 23 años, cuando nació su hijo, porque se enfrentó a los prejuicios sociales para pedir ayuda. Ahora, con 52 años, quiere dar voz a uno de los asuntos de salud femenina más silenciados.


¿Qué ha significado para ti la maternidad?


Siempre digo que ser madre es lo mejor que he hecho en mi vida. Poder disfrutar de ese vínculo tan especial que existe entre mi hijo y yo es algo fascinante. Es una experiencia única e irrepetible.


¿Pese a la manera en la que viviste tu posparto?


Sí (risas). Por encima de todo, ser madre merece la pena. Sin embargo, creo que la mayoría tendemos a idealizar la maternidad. Desde el momento en el que descubrí que estaba embarazada, todos mis pensamientos se centraron en imaginar a mi precioso bebé en brazos, en su primera sonrisa y, sobre todo, en lo buena madre que iba a ser. Creía que podría ser capaz de solucionar cualquier problema, pero, por muy maravilloso que sea tener hijos, la maternidad no está exenta de situaciones que te sobrepasan.


¿Como cuáles?


En mi caso, uno de esos momentos fue el periodo del puerperio. Tuve un parto complicado y mi estado de salud físico era delicado, pero, además, el mismo día que llegué a casa del hospital, sentí que tampoco me encontraba bien anímicamente. Fui a cambiar el pañal a mi hijo y se puso a llorar desconsoladamente. En ese momento, rompí a llorar yo también, porque creía que algo no estaba haciendo bien.


¿Sentías que no estabas capacitada para cuidarle?


Sí, tenía mucho miedo de no estar a la altura, lo que me provocó unos continuos cambios de humor, insomnio y una gran falta de concentración. Acabé perdiendo doce kilos en un año. Creo que la perfección no existe en ningún ámbito, pero a las madres se nos exige eso, tener una vida de película. Si ves que no la puedes alcanzar, te frustras.


Tras el parto, se considera normal sentir preocupación o tristeza. Este periodo se denomina maternity blues y afecta a cerca del 60% de mujeres. La diferencia con la depresión posparto es la persistencia en el tiempo, ya que este trastorno puede perdurar años

Por ello, los expertos coinciden en que una de las formas de prevenir la depresión posparto consiste en proporcionar a la mujer un entorno en el que se sienta segura cuando va a ser madre y que, por ejemplo, no tenga que agobiarse por poder ser despedida de su puesto de trabajo. ¿Tú tuviste esta suerte?


La verdad es que no. Trabajo en una empresa privada y, aunque avisé de mi embarazo con tiempo, no contrataron a nadie para que me sustituyera. Tenía miedo de que me despidieran y estuve trabajando hasta un día antes de dar a luz. Después, tuve una baja maternal de unas quince semanas, lo que marcaba la ley. Me hubiese gustado tener tres meses más de excedencia, porque aún no me sentía preparada para volver, pero mi jefe me dijo, muy sutilmente, que no podía ser.


¿Crees que se te pudo criticar por trabajar tanto, antes y después del parto?


Seguramente sí, aunque pienso que se me pudo criticar más por la situación anímica en la que me encontraba durante el primer año de vida de mi hijo. La depresión posparto sigue siendo tabú, incluso hoy en día.


La idealización de la maternidad, la inestabilidad laboral o la presión para la pronta recuperación de la mujer son factores que pueden favorecer la depresión posparto

Por ello, ¿una mayor información sobre este trastorno podría ayudar a las mujeres a afrontarlo?


Pienso que, actualmente, se puede encontrar bastante información al respecto, pero el problema es que no se profundiza lo suficiente, quizá por no perder esa magia que rodea a la maternidad. Por un lado, es importante comunicar todos los cambios físicos y emocionales que se producen tras dar a luz y, por otro, las futuras madres deben estar receptivas a escuchar estos consejos. A mí la matrona me habló varias veces de la depresión posparto, pero nunca le hice demasiado caso porque pensaba que no me afectaría.


Fuente: Pinterest

Un parto complicado, un estado de salud físico débil y una situación laboral compleja, ¿crees que hubo algún otro factor que contribuyera al desarrollo de tu depresión?


Sí, todos los problemas que tuve para dar el pecho. Cuando di a luz, se apostaba, principalmente, por la lactancia materna para alimentar a un bebé, sin embargo, mi hijo no dejó de perder peso durante los dos primeros meses. Iba al pediatra muy a menudo para que me diera pautas sobre cómo darle de mamar, pero el problema persistía. A todo ello, hay que sumarle el dolor que yo sentía en el pecho y el sentimiento de culpabilidad que tenía al no conseguir alimentar bien a mi hijo.


Al final, ¿todo se solucionó?


Sí, poco a poco todo se fue encaminando. Yo también pedí ayuda a mi médico, que me derivó a un psicólogo para tratar mi estado de ánimo.


Después de 23 años de maternidad, ¿qué consejo darías a las madres primerizas?


Les diría que disfruten al máximo de la experiencia, aunque para eso es importante que se informen y preparen bien antes de dar a luz. Después, una vez haya nacido el bebé, tienen que establecer unas prioridades y entender que no se puede llevar el orden ni los horarios a los que estaban acostumbradas, por lo que no tienen que preocuparse si un día no consiguen hacer todo lo que quieren. Pero, sobre todo, creo que es fundamental que pidan ayuda si la necesitan y que busquen tiempo para ellas mismas.


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