Alberto descubrió el naturismo pasada la adolescencia. “Me picaba la curiosidad y ya había escuchado que bañarse en el mar desnudo era una sensación de libertad inigualable”. Fue entonces cuando decidió probar en una playa nudista de Barcelona, pero no le terminó de gustar. “Había demasiados mirones, así que preferí no caer en el prejuicio de que el nudismo era eso y decidí ir más allá”. Fue entonces cuando empezó a investigar en Internet y encontró el camping naturista El Templo del Sol. “Decidí pasar unos días allí con una amiga y conocí lo que realmente significaba el naturismo y la armonía con la naturaleza”.
Ganchito -así lo apodan los niños de su escuela- lleva trabajando desde los 22 años en distintos colegios públicos de Barcelona como educador especial. Su metodología no deja indiferente a nadie. “Me gusta crear polémica y que al menos se cuestionen las cosas. Yo he sido siempre muy transparente. Los niños supieron en seguida que era gay y naturista”, comenta mientras sonríe. “Yo doy por hecho que tú no puedes llegar a una clase y hacer una promoción sobre el nudismo o la homosexualidad sin venir a cuento. Se tiene que educar de manera transversal siempre y cuando salga el tema. Con un lenguaje apropiado y en el momento adecuado puedes explicarles lo que quieras”.
¿El naturismo es mucho más que estar desnudo?
Totalmente. Una cosa es ser nudista y otra ser naturista. El nudista se presenta desnudo en cuerpo, mientras el naturista en cuerpo y mente. Yo siento de manera indirecta que al estar desnudo conecto con la naturaleza. Además, hay algo que no sé si le pasa a todo el mundo. Cuando conozco a alguien desnudo siento que a esa persona la conozco más, conecto de una forma distinta.
¿Alguna vez has recibido alguna queja por parte del colegio o de algún padre?
Nunca me han dicho nada desde ninguna institución pública. Algún profesor me ha preguntado alguna vez que por qué explicaba que veraneaba en una playa nudista. ¿Y por qué tú les has explicado que te has ido a Mallorca con tus hijos?, le decía. Esto ocurre porque lo asocian a algo peyorativo. Una escuela no te puede llamar la atención si hablas de temas tabú siempre y cuando lo hagas con las formas correctas.
¿Y las familias?
Solamente he tenido una queja en toda mi vida. Una vez, una madre de una niña de 5º de primaria me escribió una carta diciéndome que no le parecía bien que hablase del naturismo porque no se sentía preparada para hablar de este tema con su hija. Yo le respondí educadamente que en mis clases se les explicaría a los niños cualquier duda que tuviesen sobre el tema que fuera. Si queremos un mundo mejor para las nuevas generaciones, nosotros como educadores tenemos la responsabilidad de romper estos tabúes y educar a los más jóvenes en la diversidad.
¿Qué papel juegan los padres en estos casos?
Es fundamental normalizar el desnudo tanto en casa como en la escuela. Si no permites que tu hijx te vea desnudx en tu rutina relacionará directamente el cuerpo con algo que hay que ocultar. La educación es primordial cuando se quiere educar en la diversidad. También han perjudicado mucho los medios de comunicación a la imagen que se tiene del naturismo. Con el paso de los años he comprobado que si tú le explicas a un niño de manera natural lo que es el naturismo, lo verá como algo normal fuera de si luego quiere practicarlo o no. El problema es que está todo muy sexualizado. Para mí es la mirada sucia de los terceros, no la mía. No es mi problema sino del otro.
¿Crees que tu método ha dado algún resultado?
Si te soy sincero, yo creo que sí. Hay una clase en concreto con la que desarrollé un vínculo especial y con los que hablé abiertamente sobre el naturismo y, a día de hoy, ninguno ha tenido ningún problema e incluso más de uno ha venido al camping a probarlo con sus compañeros.
¿Practicar el naturismo les ha ayudado a sentirse mejor consigo mismos?
Por supuesto. De hecho, el pasado agosto recibí un mensaje de uno de estos niños que lo probó este verano en el que me decía que ahora sentía que podía ir tranquilo al gimnasio o a jugar al fútbol porque no le daba ninguna vergüenza ducharse en el vestuario con sus compañeros.
¿Con el naturismo terminan las inseguridades?
Yo lo he dicho siempre. Para quitarte los complejos, lo mejor es un sitio de estos. Eso sí, hay que elegirlo bien. Y una vez lo pruebas te das cuenta de que la gente no tiene prejuicios, ni te va a mirar y, además, te vas a sentir libre.
¿Algún consejo para los primerizos?
Yo les diría que lo probasen, porque no van a perder nada. Al contrario, solo pueden ganar. No hay una sensación más placentera que la de caminar desnudo y seguro de ti mismo. Además, descubres una nueva forma de libertad y conectas con las personas a un nivel superior. Siempre lo digo, quien lo prueba se engancha para siempre.