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  • Foto del escritorJavier Aranda

Los astros no tienen las respuestas

Actualizado: 10 ene 2019


Fuente: Tin Can Forest

¿Estás concentrado?, ¿te encuentras en un estado de paz? Sé lo que hay en tu ser y hoy voy a conectar con tu espíritu. Lee atentamente:


“Tienes la necesidad de que otras personas te aprecien, y sin embargo eres una persona crítica consigo misma. Aunque tu personalidad posee debilidades, generalmente eres capaz de compensarlas. Si bien muestras disciplina y autocontrol en lo exterior, en tu interior tiendes a sentir un poco de inseguridad. Prefieres una cierta cantidad de cambios y variedad, y te desilusionas cuando te rodean de restricciones. También sientes orgullo de pensar de forma independiente; y de no aceptar las afirmaciones de los demás sin pruebas. A veces eres una persona extrovertida, afable y sociable, mientras que otras veces eres una persona introvertida, precavida y reservada. Algunas de tus aspiraciones tienden a ser poco realistas. De todas maneras, la seguridad es uno de tus objetivos en la vida”.


Te preguntarás cómo he acertado y no, no es que ahora sea pitoniso. Se conoce como el Efecto Forer, y fue estudiado por primera vez por Bertram R. Forer en 1948. Este efecto consiste en que si nos entregan afirmaciones generales con ciertas características específicas, es muy probable que creamos que son personales y dirigidas hacia nosotros, cuando en realidad no es así.


Si nos entregan afirmaciones generales con ciertas características específicas, es muy probable que creamos que son personales y dirigidas hacia nosotros, cuando en realidad no es así.

De esta forma nos encontramos ante una de las claves que explican un fenómeno muy extendido socialmente en la actualidad: el horóscopo.


En este clip podemos ver como el escéptico estadounidense James Randi hace un experimento en una clase para mostrar que la astrología solo te dice lo que quieres oír.



La palabra horóscopo viene del griego horoskopos, que se podría traducir como “examen de la hora”. Sus predicciones se basan en analizar la posición de los astros del cielo en el momento del nacimiento de cada persona y, para ello, se rige por el sistema zodiacal, que divide el cielo en doce constelaciones, correspondientes a periodos del año casi equivalentes a un mes.


La Astrología comienza en Babilonia hace más de 3500 años y llegó a Grecia a principios del siglo IV a.C . Más tarde fueron los romanos los que la adaptaron, después fueron los árabes y así fue extendiendo por todo el mundo.


Al principio se utilizaba para predecir el clima, sobre todo con fines agrícolas. Eventualmente se amplió para incluir algunos pronósticos naturales, como por ejemplo desastres y guerras. Las predicciones empezaron a tener éxito y la astrología se convirtió en el consejo para reyes y emperadores. Y con el paso del tiempo, para todos nosotros también.


La premisa en la que se basa el horóscopo no tiene apoyo científico

Muchísimas son las personas que, diariamente, una de las primeras cosas que hacen es consultar qué dice la predicción de su signo zodiacal ante la esperanza de que el astrólogo de turno haya acertado y le augure suerte en el amor, dinero o salud. De este grupo de personas hay un alto porcentaje que se encuentra satisfecho con la predicción, está convencido de que ha habido un nivel alto de acierto y basa su vida en torno a lo que se supone que está escrito en las estrellas.


Pero, teniendo en cuenta que la premisa en la que se basa el horóscopo no tiene apoyo científico, ¿por qué tanta gente sigue creyendo en los horóscopos?


Fuente: Mario Chaparro

Las predicciones zodiacales que se publican suelen ser muy genéricas y aquello que pone puede extrapolarse a un gran número de personas. El “adivinador profesional” basa estas predicciones en el Efecto de Forer, y escribe sobre diferentes temáticas (amor, dinero, trabajo, salud…) asegurando aciertos dependiendo de las necesidades de quienes lo leen.


Este efecto ocurre gracias a la conjugación de varios factores:


El primero, el sesgo de obediencia a la autoridad. Aceptamos lo que nos digan figuras a las que asignamos superioridad en un campo de conocimiento. Desactivamos nuestro pensamiento crítico al recibir información de alguien que pensamos que “sabe más” sobre algún tema.


Además, aparece el llamado sesgo de autoservicio. Damos por verdaderas las explicaciones que nos afectan positivamente. Es decir, vemos ciertas aquellas descripciones que nos satisfacen.


En tercer lugar, tendemos a aceptar la información que confirma nuestro propio punto de vista respecto a las cosas, y obviamos el resto. Es lo que se conoce como sesgo de confirmación.


Si tenemos predisposición a encontrar sentido a lo que nos digan, cuando la información sea ambigua pero a la vez amplia, la daremos por acertada.

Por último, si tenemos predisposición a encontrar sentido a lo que nos digan, cuando la información sea ambigua pero a la vez amplia, la daremos por acertada. Porque indudablemente una afirmación amplia tendrá sentido en algún momento. Más aún si se entregan opciones contrapuestas, con lo que se asegura el acierto. Por ejemplo, la predicción: “Tendrás días buenos este año, aunque la tristeza aparecerá de forma inesperada”, es como decir que en España lloverá en algunas partes, pero también habrá sequía en otras, no puede fallar.


Así, aunque este efecto parezca una curiosidad psicológica o científica, va más allá. Su repercusión en el horóscopo y otras prácticas similares (lectura de la mano, tarot…) puede tener grandes consecuencias en la vida de las personas, no solo porque llegan a gastar grandes cantidades de dinero buscando respuestas a preguntas cruciales de su vida, sino porque, además, pueden tomar importantes decisiones basándose en algo que no es más que palabrería barata.


Por todo ello, hay que estar siempre atento para evitar que “otros” aprovechen esas dudas y esa necesidad de explicación con el fin de lucrarse con una actividad que tiene poco de espiritual o “mágica”.

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