La necesidad o demanda de información que ha habido siempre por parte de personas trans en relación con los procedimientos que supone, por ejemplo, el cambio de nombre, es muy grande. Por este motivo, entre otros, nació Visión Trans. Se trata de una asociación nacional que desde su creación en 2013 tiene como objetivo informar acerca de cada procedimiento que debe pasar una persona trans en su vida cotidiana en los ámbitos de la educación, la sanidad, empleo, etc.
Erik García es el presidente de Visión Trans Aragón desde el momento de su creación. Para él, esta asociación no solo informa de todos esos procesos, sino que, además, defiende las bases fundamentales de la convivencia entre la ciudadanía y denuncia aquellas que se incumplen y para ellos son básicas. “Defendemos los derechos básicos, la libre autodeterminación de la identidad, la despatologización y la no segregación”, añade.
Erik comenzó el tratamiento hormonal con 26 años. Lo hizo solo y reconoce, “cumplí todo lo que me pedían a rajatabla, puesto que nadie podía darme otra información”. Ahora tiene 32 y busca que jóvenes trans, que se ven ahora en su misma situación, sí puedan estar informados y decidir sobre las diferentes opciones que existen.
¿Cuál fue el procedimiento que llevaste a cabo?
La verdad es que primero pasé por sanidad en psicología, más tarde por psiquiatría y un montón de cosas más que yo nunca habría creído necesarias. Entiendo que haya gente que lo solicite porque para ellos sea necesario, pero una cosa es el apoyo psicológico y otra el acompañamiento obligatorio con preguntas intrusivas.
La Ley administrativa de 2007 obliga a todas las personas trans a pasar un informe psicológico y psiquiátrico para efectuar un cambio de DNI donde conste que esa persona “sea consciente de ser trans y asuma todo lo que eso conlleva”, explica Erik García.
Años después de pasar por todo el proceso, Erik García contactó con la Asociación de transexuales de Andalucía Sylvia Rivera. Gracias a ellos entendió que muchas personas trans pasan por muchos procedimientos estando totalmente desinformados. Es así como nace Visión Trans Aragón. “Nos reunimos con Miriam Amaya, una activista de los años 70; y Marcela Yovanova para crear una asociación que hiciera frente a toda esa desinformación”.
Se denominan a ellos mismos como una Asociación “por y para personas trans”. Y es que, durante años, las personas trans se han visto representadas por otros miembros cisgénero del colectivo LGTBIQ. “No hay representantes trans en los colectivos LGTBIQ, es algo que llama mucho la atención”, apunta.
¿Os sentís discriminados por otras asociaciones del colectivo LGTBIQ?
Sí, en cierta parte discriminados, en cierta parte ninguneados. No se nos toma en consideración porque nos hemos distanciado del acrónimo establecido. Aquí en Aragón no querían aceptarnos como asociación trans, por ejemplo. De hecho, cuando hicimos una propuesta, llegaron incluso a hacer una votación a mano alzada en la mesa establecida para trabajar la Ley Trans para echarnos de allí.
Para el presidente de Visión Trans, hay algo que es fundamental en esta lucha: “nosotros no renegamos de las personas cis, lo que queremos es que se nos escuche como personas trans cuando las demandas son trans”.
A lo largo de la historia, el colectivo LGTBIQ se ha visto discriminado por las diferentes sociedades en las que el hombre es el centro de todo. Para las mujeres trans este es incluso un problema añadido. “Cuando eres ‘hombre trans’ ya tienes esa etiqueta de hombre que parece que te quiera hacer superior. Sin embargo, las personas trans somos todas iguales, nos apoyamos unas a otras”.
Tal y como explica Erik García, la sociedad solo llega a conocer el estigma que rodea a las personas trans. “La droga, el trabajo sexual o el folklore sería lo que la gente conoce o cree conocer de nosotros, pero esto es algo que incluso se ha transmitido a través de las legislaciones”.
En 1931, se establecía en España la Ley de Vagos y Maleantes, por la cual se etiquetó a todas las personas del colectivo como “invertidos”. Posteriormente, todas las personas LGTBIQ serían denominados homosexuales. Pero no solo eso, en 1935, se llevaría a cabo “un genocidio legalizado. Se metía a la gente trans a las cárceles, donde no había opción ninguna de salir. Y sino, te llevaban a centros psiquiátricos donde se hacían experimentos, electroshocks, etc.”.
Sin embargo, habría que luchar muchos años más contra leyes injustas como la Ley de Peligrosidad Social o Rehabilitación Social para que esta parte del colectivo tan discriminada empezara a conseguir una serie de derechos.
¿Cuáles serían los grandes logros que habéis conseguido ahora recientemente?
Primero conseguimos la Ley Trans Aragón. Ahora hemos visto la reciente aprobación contra la LGTBIQfobia también aquí en nuestra comunidad. Luego, el hecho de que la gente ya cuente con Visión Trans es otro logro, ya a nivel más personal. Además, hemos firmado diversos convenios de trabajo. Por otro lado, ahora nos quedaría por conseguir la Ley Trans Estatal. Pero es cierto que logros hay muchos, muchos más.
Todo este sufrimiento por el que han pasado o pasan en ciertas partes del mundo las personas trans se ha visto representado en ocasiones en la pequeña y gran pantalla. La popular serie española “Las Chicas del Cable” mostraría en manos de una de sus protagonistas esos tratamientos psiquiátricos por los que las personas trans eran obligadas a pasar hace unos años en nuestro país. “Cuando la vi por primera vez se me pusieron los pelos de punta porque lo vi tal cual. Todo se camufla en ese ‘te vamos a ayudar’, pero no te dicen que te van a estar torturando para que reniegues de tu identidad”, cuenta.
¿Y qué piensas de la polémica de Paco León?
Sinceramente creo que hay muchos actores y actrices trans que podrían hacer perfectamente ese papel. Creo que por muy buen actor que seas, si no conoces esa realidad, por mucho que intentes meterte en el papel, no conseguirás hacerlo igual que alguien que sí lo ha vivido. Pasó lo mismo, por ejemplo, con Di Caprio cuando se fue a Siberia para preparar ‘El renacido’.
Erik García tiene clara una cosa: la sociedad, sin duda, es lo más duro que cualquier persona trans se puede encontrar. “Para la gente, si eres una mujer trans debes llevar el pelo largo, porque sino parece que vayas a dejar de ser mujer. Al final parece que se nos ha etiquetado o sexado como pollos: macho y hembra, sin tener en cuenta lo que se nos pasa por el cerebro”.
Ser trans no es una novedad, no está de moda. Las personas trans siempre han existido y tras más de 40 años luchando, hoy en día, pueden decir que ya son libres de ir por la calle sin leyes que lo impidan. El próximo paso lo debería dar la sociedad.